Preocupación porque la crisis de Alal se transforme en una segunda Massalin

La hilandería de Goya es la última gran empresa que tiene la ciudad. La tabacalera cerró en noviembre de 2019 y despidió a 250 trabajadores.

on el transcurrir de las jornadas queda más claro que la situación de la industria textil es mucho más grave de lo que se declara, y que hay empresas que más allá de las suspensiones por 60 días de la producción, piden una extensión de otros 30 días. En ese contexto, se lo consultó ayer al intendente de Goya, Mariano Hormaechea, sobre la situación en que se encuentra la planta Alal que por 60 días decidió suspender actividades: «Estamos muy atentos a lo que suceda, no queremos que Alal sea una segunda Massalin para Goya por toda la mano de obra que se utiliza», dijo.
La Hilandería Alal es la última gran empresa con la que cuenta Goya, que hace unos años se vio fuertemente golpeada en noviembre de 2019 por el cierre de la fábrica de Massalin Particulares y de la fábrica de Nobleza Piccardo en 1988. Además del cierre, ya hace unos años también, de Textil Deboriti. Además de la textil, sólo queda la planta de la Cooperativa de Tabacaleros que reúne a los productores del departamento. En su momento Massalin Particulares despidió a 220 trabajadores goyanos y reubicó a 30. 
En el caso de Alal, la hilandería en esa ciudad cuenta con también con un plantel de 220 empleados.
En respuesta a las noticias sobre la suspensión de personal en la empresa textil, el empresario Eduardo Alal aclaró esta semana en una entrevista con LT6, al intentar llevar calma ante semejante alarma de posible cierre que, si bien la situación es difícil debido a la caída de la demanda y la disminución de las ventas en el país, no se contempla una reducción de personal ni el cese total de actividades. El empresario local destacó: «Cuesta formar personal calificado como para tomar la decisión de despedir y el mejor capital que tenemos es el recurso humano».
«La situación es difícil, en general todos conocen la actividad económica que ha disminuido considerablemente. La demanda ha caído y la gente cuida su dinero, siguiendo los conceptos del Presidente desde el primer momento. Obviamente, hay menos dinero circulando y eso ha afectado a la actividad. Las ventas han bajado y los textiles no estamos exentos de eso», explicó Alal.
El empresario dejó en claro que está evaluando una posible reducción de la producción, pero enfatizó que la planta no se detendrá por completo. «Estamos evaluando reducir al máximo el consumo de energía y posiblemente disminuir entre un 25% y un 30% la producción. El 70% de la planta seguirá funcionando y no tenemos previsto reducir personal», aseguró.
Hay que recordar que la tabacalera cerró su planta de fabricación de cigarrillos ubicada en Goya, en noviembre de 2019 y despidió a 220 empleados que desarrollaban actividades en el establecimiento que había operado en esa ciudad por más de 65 años. En su momento, la compañía había esgrimido que la decisión de cesar las actividades en la planta de Goya respondía a que en los últimos años se habían reducido las ventas y que en Argentina la presión tributaria sobre la industria es una de las mayores del mundo. 

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