Además de los corsos de Carolina, la bailanta de Riachuelo y la Fiesta del Chicharrón, algunos carnavales del interior evalúan aplicar restricciones, mientras que otros analizan “colgar las plumas”.

Las playas, los eventos y hasta el carnaval volvieron a sufrir restricciones y condicionamientos para los ingresos luego de registrarse un abrupto incremento de casos positivos de COVID-19 en toda la provincia. En los últimos días, algunas celebraciones directamente fueron suspendidas, como la tradicional Bailanta Chamamecera en Riachuelo o la Fiesta del Chicharrón en San Luis del Palmar, aunque podrían aparecer otras cancelaciones de eventos.

El parte oficial del Gobierno Provincial informó ayer un nuevo registro de casos que alcanzó los 3.095 positivos de coronavirus en todo el territorio correntino. Con brotes y gran cantidad de casos en ciudades como Goya, Ituzaingó, Mercedes, Curuzú Cuatiá, entre otras, las autoridades del Ministerio de Salud mantienen activo el observatorio permanente sobre el comportamiento del mapa epidemiológico. Pero la decisión sobre las medidas y protocolos a aplicarse en cada localidad la tiene el propio ejecutivo local.

Ante la crítica situación por el aumento de casos positivos, el intendente de Saladas, Noel Gómez, comentó que se está analizando la situación para resolver si se celebrará el carnaval en esa ciudad. “Estamos en permanente contacto con el Comité de Crisis y en diálogo con las comparsas, el lunes tenemos una reunión importante en la que vamos a definir todo lo referido al carnaval de Saladas”, explicó a época.

Días atrás, el intendente de Carolina, Elvio Sanabria, decidió la suspensión de los corsos oficiales debido al incremento de los casos positivos en esa localidad. El Intendente, junto al Comité de Acción Sanitaria y las Presidentes de las Comparsas, en una reunión preocupados por la situación epidemiológica, decidieron no celebrar los carnavales previstos para febrero.

Esta determinación se suma a las demás celebraciones dedicadas al “rey de la burla” en toda la provincia donde adoptaron protocolos similares con aforos de público entre el 50 y el 70 por ciento. En Capital se anunció a principios de diciembre que no será competitivo y que también limitarán el ingreso con la obligación del uso del barbijo, la exhibición del carnet de vacunación o en el caso necesario el PCR negativo 72 horas antes.

Mientras que evalúan la situación en torno a la presencialidad de público en la 31° Fiesta Nacional del Chamamé, que además cuenta con restricciones para su ingreso, una de las primeras en suspender sus actividades fue Riachuelo. Días atrás, el intendente Martín Jetter anunció que no realizará la tradicional Bailanta Chamamecera, que estaba prevista para el 15, 16, 22 y 23 de enero próximo en el camping puente Pexoa.

Misma determinación tomó el intendente de San Luis del Palmar, René Bujan, que suspendió la 11º Fiesta Provincial del Chicharrón. La misma estaba prevista realizarse entre ayer y hoy, sin embargo, la creciente cantidad de diagnósticos diarios (aún sin impacto en el sistema de salud) despertó temores.

Por otra parte, si bien se había anunciado la suspensión de actividades en torno a la celebración del Gaucho Antonio Gil, que hoy se conmemora su día, para todo el fin de semana, desde la Municipalidad de Mercedes habían adelantado que acompañarían a esta devoción. Para contener esta situación más de 170 efectivos de la Policía de la Provincia trabajan junto a la Gendarmería Nacional y 23 voluntarios de la Comisión Cascos Blancos de la cancillería argentina. TagsPandemia

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